El líder del Kremlin celebró junto a sus Fuerzas Armadas el Día de la Victoria en la Plaza de Roja.
El presidente de Rusia , Vladimir Putin , dijo hoy durante el desfile del Día de la Victoria en la Plaza de Roja de Moscú que los horrores de la Segunda Guerra Mundial demuestran la necesidad de que los países trabajen juntos para impedir la guerra pero advirtió al mismo tiempo que "las fuerzas armadas de Rusia son capaces de responder a cualquier posible agresión".
Como cada 9 de mayo, Rusia celebra la derrota de la Alemania nazi en honor de los que lucharon y murieron por su país. "Esta monstruosa tragedia no pudo evitarse, principalmente por la connivencia de la ideología criminal de la superioridad racial y debido a la falta de unidad entre las principales potencias del mundo", afirmó el líder del Kremlin, en el ojo de la tormenta por su apoyo al presidente sirio, Bashar al-Assad , durante una guerra que ya lleva seis años y demasiadas muertes.
"Para combatir con eficacia el terrorismo, el extremismo, el neonazismo y otras amenazas, se necesita la consolidación de toda la comunidad internacional", añadió Putin.
El desfile en la Plaza Roja se celebra siguiendo tradiciones muy arraigadas, allí y también en otras partes del país, como en la Península de Crimea, anexionada por Rusia. Sin embargo, los actos en Moscú son la pieza central de las celebraciones.
Unos 10.000 soldados participantes se formaron al paso del ministro de Defensa, Sergei Shoigu, en una limusina descubierta, antes de marchar fuera de la plaza para dejar espacio a un desfile de vehículos militares como carros blindados y los grandes lanzadores de misiles intercontinentales Topol.
El desfile ofreció al público un primer atisbo de los sistemas de misiles Tor y Pantsir, adaptados para las fuerzas rusas en el Ártico y que destacaban entre el color verde oliva de las demás máquinas de guerra con su camuflaje blanco y negro de invierno.
"Las fuerzas armadas de Rusia son capaces de responder a cualquier posible agresión", insistió el presidente.
En las últimas semanas, en medio de la violencia que se vive en Siria y de la polémica por el espionaje supuestamente llevado adelante por Rusia durante las elecciones presidenciales de Estados Unidos , Putin elevó la tensión con su rival en la Guerra Fría y aseguró: "Se puede decir que el grado de confianza en nuestras relaciones de trabajo, especialmente en el área militar, no ha mejorado sino que, al contrario, se ha deteriorado".